Storytelling

Como Metodología

La buena conversación es la base de nuestro trabajo

Para contar buenas historias, primero hay que encontrarlas. Claro que encontrarlas es un decir, porque reconocerlas, o saber que son lo suficientemente buenas para decidir contarlas, es el verdadero reto. Luego lo que llamamos, enfocarlas, es decir, hacerlas coincidir con nuestros valores y propósito, encontrar el tono correcto y darle el enfoque adecuado a la comunicación, es la base de nuestro trabajo. Y no hemos encontrado nada que sustituya una buena conversación. La conversación, ese ping-pong de ideas, tan humano y tan natural, es la clave de nuestra fórmula.

Cuando usamos una serie de técnicas, las ordenamos, las ejecutamos bajo ciertas premisas, y obtenemos siempre los resultados esperados, hablamos de una metodología. La nuestra empieza con una muy buena conversación. Tiene que ser espontánea, directa, transparente. Debe haber confianza, porque la conversación será grabada. Confianza para saber que el resultado final será revisado por los mismos interesados. Ese es el precepto de esta metodología, y el derecho que nos hemos ganado.

Después vienen horas de revisión, encontrar las coincidencias, las ideas divergentes, los argumentos de uno y otro lado… Y ahí es, donde surge la magia.

La magia es el poder del Storytelling, es articular 5, 10, 20 ideas, en una sola… Es como descomponer cada conversación y recrearla en un espacio común. Ese espacio común, es el contenido que hemos creado, donde todos los entrevistados parecen conversar en una misma habitación, contando una misma historia, y encontrándose en el propósito.

 

Enfoque, contexto y transparencia

Cuando encontramos una historia que sabemos va a ser constructiva para nuestros grupos de interés, lo primero que hacemos, es entender el contexto en el que se da. A partir de ahí, trataremos de imaginarla en un contexto más amplio. Si funciona, si se puede contar con absoluta transparencia y ser interesante y enriquecedora para todos los grupos de interés, entonces hablamos de historias más grandes que la propia compañía… Y ahí es cuando sabemos que valdrá la pena contarla!

Roberto Baratti